Cuatro cartas

8,00

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Descripción

Título: Cuatro cartas
Autor: Xabier P. DoCampo
Ilustración de cubierta: Raquel Marín
ISBN: 978-84-608-6402-8
Nº de páginas: 44

la contraportada

Querido lector, querida lectora

Tienes en ahora en tus manos un libro compuesto por cuatro cartas (¿o eran cinco?), uno de esos que llaman de género epistolar. Estas cartas no han tenido que viajar escondidas en ningún correo del zar, ni tampoco han surcado los mares en alguna botella sellada, ni han volado anudadas a la pata de alguna paloma mensajera; ni siquiera han ido en el bolso del cartero de nuestro barrio. No. Estas cartas han decidido otra mejor forma para viajar: colarse entre las páginas de un libro para llegar, justo ahora, hasta ti. Porque estas cartas también han sido escritas para ti.

¿A qué estás esperando?, ponte cómodo, ponte cómoda, abre el libro y escucha.

Un abrazo

Xabier P. DoCampo

el autor

Xabier P. DoCampo nació en 1946 en Galicia. Es escritor, profesor (ahora jubilado), narrador oral, y también ha hecho radio, cine y teatro (como actor y director).

Es autor de más de una treintena de obras literarias en su mayor parte dirigidas a los lectores infantiles y juveniles; algunas de ellas merecedoras de prestigiosos premios como:el Premio Nacional de LIJ del Estado Español en 1995, Honour List IBBY 1996, The White Ravens de la Jugendbibliothek de Munich en 1997 y 2005, Premio “Lecturas” de la Asociación Galega de Libro Infantil e Xuvenil de 2004, etc. Ha pertenecido al consejo de redacción de diversas revistas educativas y relacionadas con la LIJ, destacando su paso como director en BLOC, Revista Internacional de Arte y Literatura (2007-2010).

Como enseñante siempre ha estado vinculado a movimientos de renovación pedagógica.

A lo largo de su carrera ha sido invitado a diversas ferias de libros y grandes eventos relacionados con la narración y la literatura en España, Europa y América, como autor y para impartir conferencias o asistir a mesas redondas.

Como narrador oral ha participado también en eventos internacionales de gran relevancia (Maratón de los Cuentos de Guadalajara; Palavras Andarilhas en Beja, Portugal; Feria del Libro de Buenos Aires, Argentina; Festival Internacional del Cuento de Los Silos, Tenerife; etc.).

una carta

Querida:

No es ningún despropósito que te envíe a ti una carta, en realidad, todo cuanto he escrito ha sido siempre como una carta a ti dirigida. Era además una carta con trampa, porque siempre podía espiar tu cara mientras la leías. Tú nunca estabas lejos, siempre a tan corta distancia que podía ver tus ojos y tocarte con mis manos. Puedo escuchar tu palabra y puedo inventar la palabra que tú desees para entregártela como mi mejor regalo.

Estoy convencido de que son las palabras lo que más nos une. Tú sabes que siempre digo que contar un cuento es el más sublime acto de amor que se puede ofrecer a un ser querido. Los amantes se cuentan historias para que el amor habite entre ellos y nunca los abandone. Este es el conjuro más poderoso para espantar cualquier hechizo que se haga para destruir el amor. ¿Contaba cuentos Sherezade, noche tras noche, para conjurar la muerte? No, lo hacía para envolver al rey Sahriar en la red de la palabra. Fue capaz de concebir aquella retahíla de historias para que el amor fuera germinando en el corazón del rey. Para ella la auténtica muerte era el desamor de aquel hombre que, poco a poco, quedó cautivo de la palabra, y por ella, por la palabra, se le metió dentro aquella mujer que parecía ser la dueña de todas las palabras.

Pues ya ves, a ti y a mí nos sucede lo mismo. Las palabras han sido nuestro refugio más suave y amable. En él nos hemos sentido tan a gusto que ya no queremos salir. ¡Cuántas palabras le he robado a la literatura para llevártelas a ti como el que lleva una ofrenda valiosa a un altar! ¡Cuántos poetas me han prestado las palabras que más me emocionaban para con ellas emocionarte a ti! Eso es para mí la literatura: una emoción compartida. Qué hermoso juego de entendimientos fue la mano que nos tendimos el uno al otro llevando en ella el libro que contenía las palabras que queríamos decirnos.

Los libros han sido el lugar de encuentro en el que nos buscamos. Hasta el punto de amarlos como objetos preciosos. Verte tocar un libro, observar cómo pasabas tu mano por la cubierta, muy despacio, suavemente… Era como ver tu mano cuando me acariciabas. Pensaba: así caminan tus manos por mi piel. Después lo tocaba yo y era como leer tu caricia.

Entonces quise ser escritor, para poder entregarte mis palabras, aquellas que fueron inventadas solo para ti. Y en todos estos años he conseguido escribir unas pocas líneas que te he visto leer con emoción, con la misma emoción que me constreñía el alma y apretaba mi garganta cuando las escribía. Una nueva emoción compartida. Otra vez la literatura. El embrujo de las palabras.

Y en eso estamos. Seguimos en el camino, recogiendo palabras hermosas. Dentro de poco nuestras manos, esas que acariciaban la cubierta de los libros, las mismas que se tocan y se buscan mientras leemos un poema en voz alta, estas con las que nos ofrecemos las palabras encerradas en un libro, empezarán a mostrar las manchas que avisan de que el tiempo se agota. Y nosotros seguiremos buscando palabras nuevas y estoy seguro de que en esos momentos seremos más generosos que nunca al compartirlas. Y yo seguiré deseando tocarte. Y llegar hasta donde tú estás para besarte los pies, porque, dicho también con palabras prestadas, bajo tus pies está el paraíso.

Te quiero.

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