Contar con los cuentos

12,00

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Descripción

Título: Contar con los cuentos
Autora: Estrella Ortiz
Ilustración de cubierta: Elisa Arguilé
ISBN: 978-84-936710-2-0
Nº de páginas:

sobre la autora

Estrella Ortiz es maestra y una de las fundadoras de la emblemática compañía de teatro Fuegos Fatuos. A principios de los ochenta comenzó a contar cuentos en la Biblioteca Pública del Estado de Guadalajara. Desde entonces hasta hoy Estrella Ortiz ha ido labrando su camino de palabras, sueños y cuentos. Son muchos años mirando a los ojos a los niños para abrir las puertas de la emoción y permitir que los cuentos entren a raudales en sus vidas. Son muchos los niños, los jóvenes y los adultos que han viajado por la tierra de la ficción de su mano. Muchos.

Estrella Ortiz se ha convertido también en una de nuestras embajadoras más internacionales, ha llevado los cuentos por lugares tan lejanos como Chile, Argentina, Perú y Paraguay, y tan cercanos como Portugal o todo el territorio nacional (que lo tiene bien recorrido).

Pero al mismo tiempo Estrella ha encontrado momentos para soñar cosas tan imprescindibles para la oralidad como el Maratón de los Cuentos de Guadalajara, o tan extraordinarias como la Exposición del Punto, o el grupo de DesmayásNa, o los Cuento-Poemas de amor. O tiempo para escribir Contar con los cuentos , sin duda el libro sobre teoría de narración oral más importante que se ha publicado en España en los últimos cincuenta años, libro que estaba agotado y que la editorial Palabras del Candil ha conseguido rescatar para inaugurar su colección de libros sobre teoría de narración oral.

la contraportada

Vivimos en un mundo muy ruidoso. Y no solamente por la cantidad de sonidos que nos abruman a todas horas, ocasionados por las múltiples máquinas que nos facilitan la vida –y que también nos la complican, según los casos–, sino por los múltiples mensajes que nos alcanzan hechos con una palabra devaluada, trajinada, estereotipada, a través de la publicidad y demás lugares comunes de la comunicación. Esta palabra impersonal, llena de indiferencia, ocasiona un ruido en nuestra cabeza y nos aturde. Es lógico que las personas, ante estos abordajes sonoros, nos defendamos no escuchando, o más bien no atendiendo, porque para no escuchar tendríamos que tener tapados los oídos.

¿Qué ocurre con tanto mensaje oído y no deseado? Que nos va dejando una piel dura de elefante frente a lo que nos dicen las palabras. Volver a la palabra de verdad, a la palabra dicha con corazón, es tarea del cuentista. Creo que la necesidad de esta palabra verdadera es una de las razones por las que la narración oral vive cada vez más en nuestra sociedad. La palabra del narrador es una palabra personal, que surge en el momento para quienes escuchan, que mira y se dirige a ellos como únicos interlocutores.

Los niños y niñas, por su gran permeabilidad e inocencia, sufren especialmente el acoso de la palabra interesada y comercial. Ofrecer un espacio de escucha dentro de la familia, en la escuela y su círculo más cercano, les brinda la oportunidad de recuperar intimidad, confianza, tranquilidad, diálogo y disfrute en armonía. Favorecer espacios de silencio y reposo potencia profundamente el valor de la palabra.

el libro empieza así

El cuento

A veces la palabra es un juego y otras un fuego.

Unas veces murmura y otras grita.

A veces calla y a veces canta, pero siempre baila.

Baila en el pecho y en los ojos,

chisporrotea en la mirada del otro, recorre los rincones interiores

hasta no poder más y brota.

Y cuando brota busca compañía, calor, complicidad y trato.

Tratar con la palabra es una fiesta.

Festejar la palabra es rendirnos al fuego, acompañándonos.

Nuestra vida es un inmenso relato construido paso a paso y cuyo fin último desconocemos. Todos tenemos mucho cuento. Asombra la facilidad con la que podemos resumir la vida de otros, desmenuzar sus motivaciones, extractar lo más significativo, a nuestro modo de ver, de su existencia. Asombra observar las infinitas variaciones de sucesos y aventuras que puede representar, significar una vida. ¿Cómo no disfrutar con los cuentos? Cada uno dibuja en pequeño una vida entera, un proceso completo, sencillo, evidente.

Los cuentos son relatos cortos de ficción con unidad en sí mismos que se presentan como una sucesión de acciones con un principio, un desarrollo y un fin. Son la historia de una transformación; nadie vuelve a ser el mismo después de vivir los sucesos que se relatan. Incluso cuando el final es circular o abierto, nada ocurre en vano.

Los cuentos son mapas, modestas cartas de navegación que iluminan momentos por los que atravesamos a veces perdidos y otras veces hallados. Los cuentos son generosos, no piden nada a cambio de tan buen servicio, si acaso, ser transmitidos de nuevo. Gusta pensar que los cuentos nos acompañan desde el principio. Desde el principio del lenguaje, desde el principio del fuego, desde el principio de la comunicación. Nadie tiene noticia de cuál fue el primero, imposible saberlo; todo lo que conocemos nos llega pasado por la escritura, y la boca estuvo millones de tiempos antes que la pluma.

Siete razones de cuento

•  Los cuentos son un alto en el camino, una parada de descanso en el continuo de la vida. Cuando se narra un cuento el tiempo se detiene y por unos momentos narrador y oyentes se olvidan de sí mismos, de sus preocupaciones y saltan sus coordenadas particulares para vivir una misma fantasía. Esos momentos de escucha muestran cómo podemos olvidarnos sin perdernos, cómo podemos ser uno con los otros.

•  Los cuentos calman, despejan, aclaran; acunan o espabilan, agudizan el discernimiento y el ingenio. Contar cuentos es una actividad pacífica y revolucionaria.

•  Los cuentos ponen en contacto con el placer del arte, los juegos de palabras, su sonido. Nos enseñan la utilidad de la palabra para crear mundos y melodías. Escuchar cuentos es un placer, un instante de gozo intelectual y emocional. Los cuentos divierten, son un pasatiempo beneficioso que carece de contraindicaciones.

•  Los cuentos acercan; hacen amigos, despiertan las ganas de comunicarse e intercambiar experiencias. Abren a la confianza mutua y la intimidad. Los cuentos conectan mundos, crean vínculos. Ayudan a reconocerse a través de las aventuras de los otros, ayudan a acercarse a los demás, pues muestran que todos viajamos juntos y vivimos la misma condición de seres humanos. Las historias nos hacen tolerantes, compasivos.

•  Los cuentos nos invitan a amar la belleza del mundo, despiertan la pasión por la vida. Nos ayudan a estar alerta frente a la variedad de juegos y aventuras que nos esperan a cada recodo del camino.

•  Los cuentos transportan, agrandan la habilidad para ver con los ojos interiores. Enseñan a apreciar la grandeza y realidad de lo imaginario, ayudan a comprender. Los cuentos abren nuevas sendas, ofrecen alternativas, iluminan pasajes oscuros, nos animan a continuar a pesar del fracaso, del miedo, del desasosiego, a pesar de la opinión y presión de los otros.

•  Los cuentos muestran las consecuencias de los actos, nos dicen lo que se esconde detrás de cada intención, en quiénes podríamos convertirnos y por qué. Los cuentos educan nuestros deseos, nos enseñan que recogemos lo que plantamos. Hablan de lo que realmente importa. Revestidos por argumentos jocosos, poéticos o enigmáticos, sus temas fundamentales emergen de la noche de los tiempos: muerte y renacimiento, pérdida y ganancia, sufrimiento y felicidad.

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