Descripción
Título: Memento Mori
Autor: Félix Albo
Ilustración de cubierta: Cristina G. Temprano
ISBN: 978-84-938409-0-7
Nº de páginas: 116
sobre el autor
Félix Albo es un mediterráneo contador de historias. Siempre anda por aquí y por allá con su voz y sus gestos contando lo que ha oído, le han contado o ha vivido. Puede que te lo cruces en tu camino y puedas disfrutar de ver cómo defiende que la vida es un regalo único, un baile, toda una fiesta. Le encanta imprimir ese carácter en sus historias, llenas de sarcasmo, ternura, humor y abismos emocionales donde se oyen los ecos de las risas y del alma.
Desde hace algún tiempo escribe lo que cuenta para la gente que desea saborearlo más despacio.
Aún así dice que sus historias son para leer en voz alta, para contarlas, para hacerlas vivas en el viento de otros oídos o en los propios. Sus historias, como la vida, son para disfrutarlas. Así lo hace él, pero claro, él es mediterráneo, argumenta.
Quizá por eso mira de esa manera tan especial la vida.
Quizá por eso mira también así la muerte.
la contraportada
Un zapato tirado en la calzada transmite incertidumbre, desazón.
Un zapato tirado en la calzada es una metáfora sin tapujos de un mal presagio.
Un zapato tirado en la calzada está vacío, le falta el cuerpo que le hizo caminar.
Un zapato hueco, deformado por el uso, es el trazo que queda de lo andado, es la señal de que el camino terminó. El cuerpo ya no está, se ha ido.
Solo queda un zapato abandonado en medio de la calzada.
MEMENTO MORI son catorce historias que nos cuentan esos rastros que va dejando la vida al caminar. Catorce historias de muerte sin fantasmas ni apariciones. Catorce muertes con historia que se hacen notar cuando le toman el relevo a la vida. Catorce vidas que se quedan, para contarse, en los zapatos usados que ya nadie calza.
MEMENTO MORI es un alegato a la vida que anima a seguir bailando
un cuento
.biodo na bande.
Un sobrino nieto de alguien desconocido recibió una herencia extrañísima. Doce cajas. Doce enormes cajas llenas de libros. Libros cuyas hojas eran hojas. Es decir, los libros tenían hojas en las hojas. Cada hoja del libro era una hoja de un vegetal distinto. Debajo, escritos a mano, venían un nombre latino y una descripción curiosa de sus características.
El asombrado, más que agradecido, sobrino nieto de alguien desconocido se quedó sin saber cómo reaccionar. Como remite solo llegó un sobre lacrado marcado con un matasellos de una población costera. Dentro un folio color madera con una única frase:
Viento añoraron ser, viento se deben volver.
El joven sobrino nieto de alguien desconocido decidió hacer caso y, desde entonces, cada domingo sube al parque y suelta una hoja. No sabe por qué, no sabe para qué, pero nota que le sienta bien.
Y muchas veces mientras ve cómo la hoja revolotea con el viento musita esa frase:
Viento añorasteis ser, viento os debéis volver.
Va por la tercera caja.
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